viernes, 15 de abril de 2016

El tonel de amontillado

Hoy os hablaré sobre un cuento escrito por el estadounidense Edgar Allan Poe, publicado en 1846 bajo el título El tonel de amontillado. Para comenzar haré una pequeña introducción, la cual nos será útil a la hora de adentrarnos en el movimiento cultural en el se sitúa este autor. Además, aportaré algunos datos biográficos del mismo.
Poe fue un escritor romántico y a su vez también fue conocido por haber renovado la novela gótica, lo que se hace notorio en sus cuentos de terror. Contribuyó a esta renovación dotando a su narrativa elementos verosímiles y suprimiendo por ende aquellos elementos mágicos y fantásticos que caracterizaban a la mayoría de las obras góticas. A continuación os presento un cuento que atiende a estos rasgos, titulado El tonel de amontillado.
La historia se ambienta en la Italia del siglo XIX y cuenta como Montresor, ofendido tras la pesada humillación de Fortunato, planea una venganza contra éste. Fortunato era un catador de vinos, y aprovechando que coincidían las fiestas de Carnaval, decidió emborracharse y disfrutar de las mismas. Es en este momento cuando Montresor comienza a planificar su venganza, y de esta forma, con el pretexto de ir a comprobar si un vino era de una u otra categoría, poniendo de manifiesto las dotes de Luchesi como catador, inspirando en Fortunato cierto recelo, lo introdujo en las catacumbas de su casa dejándolo allí atado a unas cadenas donde solo le depararía un triste y mísero final.
Como podéis comprobar, se trata de un horripilante relato donde la venganza es llevada a su máximo extremo, y que tiene por objeto un castigo implacable, consecuencia de una leve ofensa que había cometido un personaje, en este caso, Fortunato. Además también podemos ver reflejado en él elementos propios del movimiento gótico: la descripción de la bodega sin lugar a dudas es un fiel retrato de un lugar oscuro, húmedo, aterrador, siniestro, etc. algo propio del goticismo. Otro rasgo relevante es el hecho de que ocurre a media noche, hora preferida para los autores góticos. Además, la incapacidad de Fortunato al no poder salvarse, producirá en el lector un estado de impotencia, por lo que impactará más el contenido de la historia y por tanto hará que éste sienta cierto espanto a medida que avance con la lectura, algo fundamental e imprescindible que se busca con este movimiento cultural.
Personalmente a mi me ha gustado aun a pesar de tener un final grotesco. Abajo os dejaré una imagen que representa el momento donde Fortunato se halla amarrado bajo las catacumbas de Montresor.


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